jueves, 7 de febrero de 2013

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LA LUZ MAS REFULGENTE

 

 

- ¿La luz más refulgente?
- Está en tus ojos.
- ¿La mayor alegría?
- En tu presencia.
- ¿La miel más dulce?
- Entre tus labios rojos.
- ¿El vergel más florido?
- En tu existencia.
- ¿La sombra más oscura?
- Está en mi noche.
- ¿El dolor más intenso?
- Está en mi herida.
- ¿El acíbar más acre?
- En mi reproche.
- ¿Y el camino más áspero?
- En mi vida.

















Nunca mayor quietud se vio en la muerte;
ni frío más glacial que el de esta mano
que tú alargaste al espirar, en vano
y que cayó en las sábanas, inerte.

¡Ah... yo no estaba allí! Mi aciaga suerte
no quiso que en el trance soberano,
cuando tú entrabas en el hondo arcano,
yo pudiera estrecharte... y retenerte.

Al llegar, me atrajeron tus despojos;
cogí esa mano espiritual y breve
y la junté a mis labios y a mis ojos...

Y en ella, al ver mi llanto que corría,
pensé que aquella mano hecha de nieve
en mi boca al calor... se derretía.

RETO

Si porque a tus plantas ruedo
como un ilota rendido,
y una mirada te pido
con temor, casi con miedo;
si porque ante ti me quedo
extático de emoción,
piensas que mi corazón
se va en mi pecho a romper
y que por siempre he de ser
esclavo de mi pasión;
¡te equivocas, te equivocas!,
fresco y fragante capullo,
yo quebrantaré tu orgullo
como el minero las rocas.
Si a la lucha me provocas,
dispuesto estoy a luchar;
tú eres espuma, yo mar
que en sus cóleras confía;
me haces llorar; pero un día
yo también te haré llorar.

Y entonces, cuando rendida
ofrezcas toda tu vida
perdón pidiendo a mis pies,
como mi cólera es
infinita en sus excesos,
¿sabes tú lo que haré en esos
momentos de indignación?
¡Arrancarte el corazón
para comérmelo a besos!
La Adoración de los Magos


La Adoración de los Magos